Ignes 3 de Naciente de 721
Ya era de día cuando Zrom regresaba a su casa, después de pasarse el día y la noche de ayer buscando información, pelea y juerga a partes iguales. A su llegada es informado por los dos hermanos de los acontecimientos del día anterior, y le enseñan la piedra. Guardándola en una mochila, se la llevan a la taberna, donde han quedado con el semielfo y su prima.
Cuando todos están juntos, convienen en guardar la piedra en la caja de seguridad de un banco cercano a la Plaza de los Aventureros, el Banco de los Hermanos Balaran, banco llevado casi todo por gnomos. Venedicta y Zrom se acercan a llevar la piedra mientras los demás se van a trabajar, y consiguen ponerla a buen recaudo sin incidentes.
Las hojas de noticias reseñan la masacre de la Universidad Imperial y se la atribuyen al mismo asesino que atacó cerca de la misma la noche anterior, muy cerca de donde estaban nuestros protagonistas.
Buscando la forma de conseguir dinero para preparar la piedra de Vallis que tienen en su haber, los compañeros se dirigen a la Bajociudad, la entrada al complejo subterráneo de Ptolus, una de cuyas entradas está tras la estatua de la Plaza de los Aventureros. Aprovechan para abastecerse en el nutrido mercado que hay allí.
Siguiendo un anuncio, el grupo contacta en la cámara de la Añoranza con Rufus, un noble con un aura extraña a su alrededor (según los más observadores del grupo, sus párpados se abrían en vertical y no en horizontal. Había quien afirmaba que podría ser un tiefling...).
Lo que Rufus (que no mencionó su apellido en ningún momento) quería de ellos era que recuperaran un viejo bastón de madera negra y retorcida, que era una vieja reliquia familiar y que había sido robado hacía varios días por lo que parecían ser trasgos, kobolds y rátidos. Sus rastreadores habían localizado la madriguera donde se escondían, pero quería dejar la recuperación "en manos de profesionales". Tras una negociación sobre el pago (2000 tronos de oro y una posible prima de otros 2000 más), los compañeros se dirigieron hacia el Mercado Sur.
Metiéndose en las alcantarillas, el grupo halla una puerta que da a un tunel hediondo y fétido. Descienden por él y se encuentran en un complejo de túneles y cuevas, ocupado por trasgos y rátidos. Pequeñas salidas laterales, demasiado pequeñas para nuestros protagonistas, dan paso a una segunda red de túneles, por donde sus escurridizos adversarios se deslizan para no poder ser seguidos. Tras varios combates y trampas menores que gracias a Kalur consiguen superar, llegan a una habitación más grande, que parecen ser unos barracones, y son rodeados por rátidos, kobolds y trasgos.
La lucha es dura, pero los compañeros logran prevalecer... Y cuando el último adversario cae en el charco de sangre, un enorme rugido se oye proveniente del pasillo, en la dirección a la que pretenden continuar los compañeros...
¿Qué acecha en la oscuridad?
viernes, 9 de noviembre de 2007
sábado, 13 de octubre de 2007
Sangre en las calles, sangre en las aulas
Terres 2 de Naciente de 721
Las hojas de noticias amanecen con la noticia del brutal asesinato de una mujer en la Ciudad Media, cerca de la Ciudad Vieja, en una zona próxima a donde estuvieron nuestros protagonistas. Según una vieja mujer vio a un litoriano de piel negra cerca del lugar de los hechos...
Esa mañana, quien más quien menos tenía trabajos a los que ir y obligaciones que atender. Zrom decidió marcharse a hablar con algunos contactos y a hacer algunas averiguaciones por su cuenta, que lo tendrían ocupado hasta el día siguiente, mientras que Kalur prefirió visitar la Universidad Imperial e ir en búsqueda de Krechlen, un bedel de la facultad al que conocía de juergas conjuntas y otras historias.
Cuando se reunieron al mediodía, con Venedicta que había cumplido sus tareas en el templo de Engelan, Saelen que había acabado su jornada en la tienda de Rastor y Malathar que había terminado de limpiar redomas en la herboristería de Slaviceski, Kalur había conseguido un plano de la Universidad y un folleto con los cursos que se ofrecían. De esto queda claro que los 7 pisos de la Universidad están abiertos al público, así como el primer sótano, pero los que hay por debajo son área restringida, debido a experimentos peligrosos, principalmente.
Reunidos en la habitación de los litorianos, los compañeros trazan un plan para hacerse con unas llaves de la Universidad e infiltrarse en el estamento estudiantil, para poder hacerse con los fragmentos de Vallis que vieron caer del cielo. Tras varias opciones algo más drásticas, deciden emborrachar a Krechlen y robarle las llaves aprovechando su embriaguez.
Esperan al bedel a la salida de la Universidad, y se lo llevan a un parque cercano, donde dejaron al bedel en un lamentable estado de embriaguez... por desgracia, sólo llevaba las llaves de su casa, aunque fue capaz de proporcionar información sobre el doctor Albus, un profesor de la Universidad a cuyo laboratorio solían acudir agentes del Shuul, así que Kalur, Venedicta, Saelen y Malathar se metieron a última hora en la Universidad y se escondieron en un laboratorio, para esperar a que se vaciara el edificio.
Cuando pasaron unas horas, Kalur investigo a través de los conductos de ventilación y localizó el laboratorio donde descansaba una de las piedras, un sitio aséptico, lleno de guardias del Shuul, algunos de ellos con rifles de dragón, y una de las piedras metida en una vitrina. Había un agujero en el suelo tapado con tablones clavados, y el que parecía ser el doctor Albus hablaba con uno de los agentes del Shuul.
Entre el ruido que hacían los aparatos del laboratorio, Kalur fue capaz de oir algunos fragmentos de la conversación, algo relativo a un "robo hecho por las ratas", y algo de "benefactor", "Korben Trollone", "Vladaam" y "Malacazar". Kalur volvió arrastrándose a donde sus compañeros le esperaban, para aventurarse de nuevo en soledad por los pasillos y localizar la puerta del laboratorio, frente a la cual había dos agentes del Shuul con rifles, en actitud vigilante. En silencio, Kalur deshizo el camino, para reunirse con sus asociados en la relativa seguridad del otro laboratorio, donde podrían elaborar un nuevo curso de acción.
Nuestros protagonistas entonces acecharon a los guardias de la puerta y lograron hacerles caer en silencio, sin alertar a los del interior. Hecho esto, Kalur se volvió para volver a meterse en el conducto de ventilación y crear una distracción mientras el resto atacaría desde la puerta.
Lo que siguió fue una masacre. El grupo, en cuanto Kalur abrió las hostilidades desde el hueco del techo, entró en tromba, asesinando a los guardias. Venedicta con su maza y Saelen con su espada de dos hojas llevaron la lucha a un terreno más físco, mientras Malathar lanzaba rayos de energía arcana y hablaba como si otras personas estuvieran dentro de su cuerpo. Evidentemente, el stress le afectaba.
El doctor Albus, que se había pasado la lucha escondido bajo una mesa, estaba en estado de shock, y antes de poder revelar nada al grupo, Malathar acabó con él de un golpe de energía.
Una vez terminada la masacre, los compañeros huyeron abriendo los tablones del suelo y corriendo por las alcantarillas, hasta encontrar una salida al norte de la Universidad. Con la noche como cobertura, volvieron hacia la Plaza de los Aventureros.
En la puerta de la casa de los litorianos había una mujer castaña, con armadura de cuero, y cara bastante seria, que parecía estar esperando. Saelen se acercó a hablar con ella, y la mujer le aconsejó que no le llevaran las piedras a su empleador, que resultaría peligroso...
Algo más conscientes del peligro que acecha en las calles de Ptolus, se fueron a dormir, pensando en qué hacer con la piedra que habían conseguido.
¿Qué nuevos peligros les esperarían cuando despertaran por la mañana?
Las hojas de noticias amanecen con la noticia del brutal asesinato de una mujer en la Ciudad Media, cerca de la Ciudad Vieja, en una zona próxima a donde estuvieron nuestros protagonistas. Según una vieja mujer vio a un litoriano de piel negra cerca del lugar de los hechos...
Esa mañana, quien más quien menos tenía trabajos a los que ir y obligaciones que atender. Zrom decidió marcharse a hablar con algunos contactos y a hacer algunas averiguaciones por su cuenta, que lo tendrían ocupado hasta el día siguiente, mientras que Kalur prefirió visitar la Universidad Imperial e ir en búsqueda de Krechlen, un bedel de la facultad al que conocía de juergas conjuntas y otras historias.
Cuando se reunieron al mediodía, con Venedicta que había cumplido sus tareas en el templo de Engelan, Saelen que había acabado su jornada en la tienda de Rastor y Malathar que había terminado de limpiar redomas en la herboristería de Slaviceski, Kalur había conseguido un plano de la Universidad y un folleto con los cursos que se ofrecían. De esto queda claro que los 7 pisos de la Universidad están abiertos al público, así como el primer sótano, pero los que hay por debajo son área restringida, debido a experimentos peligrosos, principalmente.
Reunidos en la habitación de los litorianos, los compañeros trazan un plan para hacerse con unas llaves de la Universidad e infiltrarse en el estamento estudiantil, para poder hacerse con los fragmentos de Vallis que vieron caer del cielo. Tras varias opciones algo más drásticas, deciden emborrachar a Krechlen y robarle las llaves aprovechando su embriaguez.
Esperan al bedel a la salida de la Universidad, y se lo llevan a un parque cercano, donde dejaron al bedel en un lamentable estado de embriaguez... por desgracia, sólo llevaba las llaves de su casa, aunque fue capaz de proporcionar información sobre el doctor Albus, un profesor de la Universidad a cuyo laboratorio solían acudir agentes del Shuul, así que Kalur, Venedicta, Saelen y Malathar se metieron a última hora en la Universidad y se escondieron en un laboratorio, para esperar a que se vaciara el edificio.
Cuando pasaron unas horas, Kalur investigo a través de los conductos de ventilación y localizó el laboratorio donde descansaba una de las piedras, un sitio aséptico, lleno de guardias del Shuul, algunos de ellos con rifles de dragón, y una de las piedras metida en una vitrina. Había un agujero en el suelo tapado con tablones clavados, y el que parecía ser el doctor Albus hablaba con uno de los agentes del Shuul.
Entre el ruido que hacían los aparatos del laboratorio, Kalur fue capaz de oir algunos fragmentos de la conversación, algo relativo a un "robo hecho por las ratas", y algo de "benefactor", "Korben Trollone", "Vladaam" y "Malacazar". Kalur volvió arrastrándose a donde sus compañeros le esperaban, para aventurarse de nuevo en soledad por los pasillos y localizar la puerta del laboratorio, frente a la cual había dos agentes del Shuul con rifles, en actitud vigilante. En silencio, Kalur deshizo el camino, para reunirse con sus asociados en la relativa seguridad del otro laboratorio, donde podrían elaborar un nuevo curso de acción.
Nuestros protagonistas entonces acecharon a los guardias de la puerta y lograron hacerles caer en silencio, sin alertar a los del interior. Hecho esto, Kalur se volvió para volver a meterse en el conducto de ventilación y crear una distracción mientras el resto atacaría desde la puerta.
Lo que siguió fue una masacre. El grupo, en cuanto Kalur abrió las hostilidades desde el hueco del techo, entró en tromba, asesinando a los guardias. Venedicta con su maza y Saelen con su espada de dos hojas llevaron la lucha a un terreno más físco, mientras Malathar lanzaba rayos de energía arcana y hablaba como si otras personas estuvieran dentro de su cuerpo. Evidentemente, el stress le afectaba.
El doctor Albus, que se había pasado la lucha escondido bajo una mesa, estaba en estado de shock, y antes de poder revelar nada al grupo, Malathar acabó con él de un golpe de energía.
Una vez terminada la masacre, los compañeros huyeron abriendo los tablones del suelo y corriendo por las alcantarillas, hasta encontrar una salida al norte de la Universidad. Con la noche como cobertura, volvieron hacia la Plaza de los Aventureros.
En la puerta de la casa de los litorianos había una mujer castaña, con armadura de cuero, y cara bastante seria, que parecía estar esperando. Saelen se acercó a hablar con ella, y la mujer le aconsejó que no le llevaran las piedras a su empleador, que resultaría peligroso...
Algo más conscientes del peligro que acecha en las calles de Ptolus, se fueron a dormir, pensando en qué hacer con la piedra que habían conseguido.
¿Qué nuevos peligros les esperarían cuando despertaran por la mañana?
Calendario de Ptolus
Vamos con nuestra clase práctica sobre Ptolus, que siempre enseña y entretiene...
Hoy vamos a ver los días de la semana, los meses del año y a dar una lista de los días festivos y especiales del año. Para más información sobre el tema, podéis remitiros al libro de Ptolus.
Los días de la semana son divinal (el día festivo y dedicado a los dioses), reales, aeres, acues, terres, ignes y reinal.
Los meses son novaño, creciente, naciente, bendito, ventoso, laborioso, pluvial, cosecha, floreciente, lunar, solar y final. De estos, novaño, creciente, pluvial y cosecha cuentan con 31 días, siendo el resto de los meses de 30 días.
Las fiestas más señaladas son las siguientes:
1 de novaño: Día de Año Nuevo
5 de pluvial: Día de los Dioses
10 de solar: Día de la Unión
14 de bendito: Día del Padre Brillante
31 de cosecha: Festival de la Cosecha
23 de lunar: Festival de las Lunas Frías
30 de final: Fin de Año
Hoy vamos a ver los días de la semana, los meses del año y a dar una lista de los días festivos y especiales del año. Para más información sobre el tema, podéis remitiros al libro de Ptolus.
Los días de la semana son divinal (el día festivo y dedicado a los dioses), reales, aeres, acues, terres, ignes y reinal.
Los meses son novaño, creciente, naciente, bendito, ventoso, laborioso, pluvial, cosecha, floreciente, lunar, solar y final. De estos, novaño, creciente, pluvial y cosecha cuentan con 31 días, siendo el resto de los meses de 30 días.
Las fiestas más señaladas son las siguientes:
1 de novaño: Día de Año Nuevo
5 de pluvial: Día de los Dioses
10 de solar: Día de la Unión
14 de bendito: Día del Padre Brillante
31 de cosecha: Festival de la Cosecha
23 de lunar: Festival de las Lunas Frías
30 de final: Fin de Año
martes, 9 de octubre de 2007
Caída Libre
Acues 1 de Creciente de 721
Nuestros personajes disfrutaban de una animada noche en el Juglar Fantasmal, en la Plaza de los Aventureros. Zrom discutía algunas condiciones del arrendamiento con Saelen y Malathar, Venedicta observaba con timidez la escena acompañada de su primo, que echaba miradas a las damas de la sala con bastante más desparpajo.
La velada, que prometía ser acompañada de la excelente cerveza que Zade desde la barra despachaba y Thellit repartía por las mesas, fue interrumpida por un temblor que sacudió la ciudad entera. Al salir a la calle, vieron como una estela verde se dirigía hacia el este por el cielo... y se oyó un tremendo impacto no demasiado lejos.
Investigando la caída, nuestros héroes llegaron hasta el parque de la Melena, donde los hombres del comisario habían levantado un perímetro de seguridad alrededor de unos operarios que se llevaban unas misteriosas piedras de color verde, cada una de ellas del tamaño de una cabeza humana. Venedicta y Malathar las reconocieron inmediatamente como lo que eran... ¡Enormes fragmentos de la luna de Vallis! ¡Seguramente valgan una fortuna!
Por supuesto, el hecho de que a la desaparecida luna de Vallis y su retorno sean mencionados en profecías sobre el fin del mundo no detuvo a nuestros codicio... valientes y abnegados aventureros.
El grupo entonces salió en persecución del carromato que se llevaba las piedras, intentando descubrir a donde iba. Durante la carrera Zrom, Malathar y Kalur no pudieron mantener el ritmo y tuvieron que desistir, pero Saelen, que arrastraba a Venedicta, siguieron al carromato hasta la Ciudad Vieja, y vieron como su presa se ponía a salvo tras los muros de la Universidad Imperial.
Volvieron con el resto y regresaron a la posada, donde Trevor Priff, un bardo con cierta fama en Ptolus, desgranaba melodías desde el escenario. Zrom hizo contacto con Bastiam Rosenrott, otro bardo habitual de la taberna. Este dijo representar a unos inversores anónimos que se preocupaban por el bienestar de la ciudad, y les ofreció 500 monedas de oro por cabeza y por piedra que recuperaran. También les advirtió que era posible que el Shuul estuviera involucrado.
Dicho esto, Kalur, Malathar y Zrom se acercaron una última vez a la Universidad Imperial. Era ya tarde, y Kaldur no tuvo demasiados problemas para saltar el muro y escurrirse por una de las ventanas del piso superior. Pudo copiar un plano del segundo piso de la facultad, y al salir vio lo que vieron Zrom y Malathar desde la calle: una serie de figuras calvas enfundadas en gabanes largos de cuero y con gafas oscuras que entraban en la Universidad por una de las puertas, mientras un guardia les franqueaba el paso. A Zrom le sonaban... eran Shuul.
Con las cosas así, el grupo decidió dejar la investigación para el día siguiente y descansar ante la situación que se les avecinaba...
Los peones han hecho su apertura.
Nuestros personajes disfrutaban de una animada noche en el Juglar Fantasmal, en la Plaza de los Aventureros. Zrom discutía algunas condiciones del arrendamiento con Saelen y Malathar, Venedicta observaba con timidez la escena acompañada de su primo, que echaba miradas a las damas de la sala con bastante más desparpajo.
La velada, que prometía ser acompañada de la excelente cerveza que Zade desde la barra despachaba y Thellit repartía por las mesas, fue interrumpida por un temblor que sacudió la ciudad entera. Al salir a la calle, vieron como una estela verde se dirigía hacia el este por el cielo... y se oyó un tremendo impacto no demasiado lejos.
Investigando la caída, nuestros héroes llegaron hasta el parque de la Melena, donde los hombres del comisario habían levantado un perímetro de seguridad alrededor de unos operarios que se llevaban unas misteriosas piedras de color verde, cada una de ellas del tamaño de una cabeza humana. Venedicta y Malathar las reconocieron inmediatamente como lo que eran... ¡Enormes fragmentos de la luna de Vallis! ¡Seguramente valgan una fortuna!
Por supuesto, el hecho de que a la desaparecida luna de Vallis y su retorno sean mencionados en profecías sobre el fin del mundo no detuvo a nuestros codicio... valientes y abnegados aventureros.
El grupo entonces salió en persecución del carromato que se llevaba las piedras, intentando descubrir a donde iba. Durante la carrera Zrom, Malathar y Kalur no pudieron mantener el ritmo y tuvieron que desistir, pero Saelen, que arrastraba a Venedicta, siguieron al carromato hasta la Ciudad Vieja, y vieron como su presa se ponía a salvo tras los muros de la Universidad Imperial.
Volvieron con el resto y regresaron a la posada, donde Trevor Priff, un bardo con cierta fama en Ptolus, desgranaba melodías desde el escenario. Zrom hizo contacto con Bastiam Rosenrott, otro bardo habitual de la taberna. Este dijo representar a unos inversores anónimos que se preocupaban por el bienestar de la ciudad, y les ofreció 500 monedas de oro por cabeza y por piedra que recuperaran. También les advirtió que era posible que el Shuul estuviera involucrado.
Dicho esto, Kalur, Malathar y Zrom se acercaron una última vez a la Universidad Imperial. Era ya tarde, y Kaldur no tuvo demasiados problemas para saltar el muro y escurrirse por una de las ventanas del piso superior. Pudo copiar un plano del segundo piso de la facultad, y al salir vio lo que vieron Zrom y Malathar desde la calle: una serie de figuras calvas enfundadas en gabanes largos de cuero y con gafas oscuras que entraban en la Universidad por una de las puertas, mientras un guardia les franqueaba el paso. A Zrom le sonaban... eran Shuul.
Con las cosas así, el grupo decidió dejar la investigación para el día siguiente y descansar ante la situación que se les avecinaba...
Los peones han hecho su apertura.
sábado, 6 de octubre de 2007
Nuestros Valientes Aventureros
La ciudad y el destino hacen extraños compañeros...
Venedicta Rathi, joven novicia de Engelan, dios del presente, llego a Ptolus para dedicarse a su fe, encontrándose casi sola en la ciudad, exceptuando al resto de sacerdotes del templo de Engelan, en la calle del Millón de Dioses, donde no es, de momento, más que otra novicia humana.
El casi se refiere a su primo Kalur Liadon, un semielfo hecho a la vida en la calle, que suele rondar cerca de la plaza de Runhihan, o, como se la conoce mejor, la Plaza de los Aventureros. Kalur se considera un artista de su forma de vida, aunque cierta gente sin tacto lo llamaría ladrón a secas... El prefiere decir que "consigue cosas"
Uno de sus clientes habituales es Zrom, un enano del clan de la piedra Perdida, natural de Ptolus y que vive en la Plaza, realquilando las habitaciones del apartamento que tiene alquilado... (y que "antes que en Ptolus vivió en Madrid" :P) Ciertamente, con la capacidad para iniciar un gran movimiento inmobiliario, sus habilidades son mucho más físicas.
Dos de sus realquilados son una pareja de hermanos litorianos, los Atami, Saelen y Malathar. Saelen Atami es una aprendiz de herrero, y trabaja en la tienda de Rastor, junto al conocido herrero litoriano. Su hermano Malathar es la causa de que no vivan en La Melena como el resto de los litorianos. Aprendiz de herbolario, su pelaje negro y sus ojos blanquecinos hicieron que el resto de las manadas lo tuvieran como algo infernal... y puede que no anden del todo desencaminados...
Las piezas están preparadas, el tablero también.
Comienza la partida.
Venedicta Rathi, joven novicia de Engelan, dios del presente, llego a Ptolus para dedicarse a su fe, encontrándose casi sola en la ciudad, exceptuando al resto de sacerdotes del templo de Engelan, en la calle del Millón de Dioses, donde no es, de momento, más que otra novicia humana.
El casi se refiere a su primo Kalur Liadon, un semielfo hecho a la vida en la calle, que suele rondar cerca de la plaza de Runhihan, o, como se la conoce mejor, la Plaza de los Aventureros. Kalur se considera un artista de su forma de vida, aunque cierta gente sin tacto lo llamaría ladrón a secas... El prefiere decir que "consigue cosas"
Uno de sus clientes habituales es Zrom, un enano del clan de la piedra Perdida, natural de Ptolus y que vive en la Plaza, realquilando las habitaciones del apartamento que tiene alquilado... (y que "antes que en Ptolus vivió en Madrid" :P) Ciertamente, con la capacidad para iniciar un gran movimiento inmobiliario, sus habilidades son mucho más físicas.
Dos de sus realquilados son una pareja de hermanos litorianos, los Atami, Saelen y Malathar. Saelen Atami es una aprendiz de herrero, y trabaja en la tienda de Rastor, junto al conocido herrero litoriano. Su hermano Malathar es la causa de que no vivan en La Melena como el resto de los litorianos. Aprendiz de herbolario, su pelaje negro y sus ojos blanquecinos hicieron que el resto de las manadas lo tuvieran como algo infernal... y puede que no anden del todo desencaminados...
Las piezas están preparadas, el tablero también.
Comienza la partida.
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